La osteomielitis asociada a implante de prótesis ósea es una de las complicaciones infecciosas más frecuentes en traumatología. Su incidencia se sitúa alrededor del 5%, aislándose generalmente microorganismos grampositivos, fundamentalmente Staphylococcus sp.1. El reemplazamiento o retirada de prótesis y/o desbridamiento del área, seguido de tratamiento antibiótico prolongado, suele ser suficiente para resolver la infección. Sin embargo, las resistencias, la larga duración de los tratamientos y la baja biodisponibilidad ósea de ciertos antibióticos complican el éxito, y fracasan casi la mitad de los tratamientos para osteomielitis2.
Se describe el tratamiento exitoso con daptomicina de un paciente con osteomielitis producida por Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM) y sensibilidad reducida a vancomicina, tras fracaso con linezolid a pesar del antibiograma favorable.
Varón de 49 años, sin alergias conocidas, que tiene como antecedentes patológicos de interés ser ex fumador de 2/4 paquetes/día y ex adicto a drogas por vía parenteral; actualmente es consumidor de metadona (60mg/día); diagnosticado de VIH hace 23 años y en tratamiento con éxito con la combinación nevirapina/zidovudina/lamivudina; virus de la hepatitis C y B positivos y en respuesta virológica precoz completa. Correctamente tratado de tuberculosis pulmonar hace 12 años.
El paciente ingresa (8 meses antes del presente episodio) por absceso en la cara posterior de la pierna diagnosticado como artritis séptica con destrucción parcial de la cabeza del fémur izquierda. No se obtuvieron aislamientos positivos en cultivos y se realizó tratamiento empírico con cloxacilina más ciprofloxacino intravenosos. Se descartó posible TBC ósea.
Posteriormente (6 meses antes), reingresa por absceso paravertebral y espondilodiscitis en D3-D4 objetivado por gammagrafía ósea y resonancia magnética (RM). Ecocardiograma sin alteraciones. Además, presenta un cuadro febril acompañado de tos purulenta no hemoptoica. Se inicia tratamiento con ceftazidima y se realizan cultivos seriados, descartando la posibilidad de tuberculosis pulmonar. Los cultivos de esputo resultaron positivos para Escherichia coli y Klebsiella pneumophila BLEE (betalactamasas de espectro extendido) por lo que se cambió el tratamiento antibiótico empírico a ertapenem, completando una semana. Se le da el alta estable y afebril.
Otro ingreso previo (3 meses antes) cursa con dorsalgia intensa y fiebre, con limitación de la fuerza en miembros inferiores, y paraparesia. Se solicitó RM urgente por sospecha de comprensión medular y se cursaron hemocultivos. Se inició empíricamente tratamiento con amoxicilina-ácido clavulánico. El hemocultivo resultó positivo para SARM (tabla 1) siendo negativo para las tinciones Ziehl-Nielsen, Grocot, PAS-diastasa, por lo que se rota el tratamiento antibiótico a vancomicina (perfusión continua manteniendo una concentración plasmática en estado estacionario 20-25mg/dl) y gentamicina por su sinergia. Además se realiza artrodesis instrumentada para liberación del canal medular. Se descartó proceso neoplásico mediante biopsia ósea y tras 2 semanas de buena evolución de la herida se suspende el aminoglucósido. Tras 8 semanas de tratamiento con vancomicina el paciente es dado de alta con linezolid oral durante 4 semanas.
El paciente ingresa por síndrome febril 5 días después de suspender linezolid. Se cursan hemocultivos y se inicia empíricamente ertapenem por los aislamientos positivos de ingresos previos y sospecha de foco respiratorio. El resultado del estudio microbiológico se informó como aislamiento de SARM con sensibilidad reducida a vancomicina (tabla 1). Se inicia tratamiento con linezolid junto a gentamicina intravenosa. El paciente fue valorado por traumatología; la gammagrafía ósea con 99Tc mostró hipercaptación en D3-D4, en cadera y sacroilíaca izquierda; la gammagrafía ósea con 67Ga mostró una acumulación patológica en la región D3-D4 y discreta captación en la sacroilíaca izquierda. La conclusión del patrón gammagráfico fue de espondilodiscitis, sacroilitis y coxoartrosis izquierda. Analíticamente destacaba una ligera elevación de la PCR (proteínaC reactiva), 10,4mg/dl (valores de referencia 0-0,08mg/dl) y del VSG (volumen de sedimentación glomerular), 97mm/h (valores de referencia < 13mm/h). Se decidió iniciar tratamiento antibiótico con daptomicina en dosis de 6mg/kg/día al día 15 de ingreso dada la tórpida evolución con linezolid y el fracaso a vancomicina. Se pautaron suplementos de calcio y vitamina D para favorecer la reconstrucción ósea.
El tratamiento con daptomicina fue bien tolerado, se monitorizó semanalmente los valores de creatínfosfocinasa (CPK) ante una posible toxicidad. Tras 8 semanas de tratamiento y tras estudios analíticos (incluidas VSG y PCR), y gammagrafía ósea con 99Tc y Ga negativas para infección, se retiró daptomicina. Los controles clínicos posteriores pusieron de manifiesto la ausencia de infección ósea.
La mayor experiencia de tratamientos con daptomicina proviene de los datos recopilados del estudio CORE (Cubicin Outcomes Registry and Experience). En la artritis séptica utilizando una dosis de 5mg/kg (rango 3-6,3) y con una duración media de 22 días (rango 3-52), y una tasa de curación del 41%3 y en pacientes con osteomielitis utilizando una media de 5,3mg/kg (rango 3,2-7,5) y una duración 35 días (rango 3-546), con una tasa de curación del 63%4,5. El tratamiento previo con vancomicina y una sensibilidad intermedia se ha correlacionado con una baja sensibilidad a daptomicina6,7, lo que ha llevado a especular que los cambios que median una reducida sensibilidad podrían interferir con la acción de daptomicina. Sin embargo, estos estudios presentan ciertas limitaciones debido a los métodos de susceptibilidad utilizados. Además, otros autores demuestran que daptomicina mantiene su actividad bactericida en las cepas de vancomicina de sensibilidad intermedia8. En nuestro caso, daptomicina se mantiene eficaz a pesar de que el paciente fue tratado con vancomicina y tratarse de una cepa con sensibilidad intermedia.
En los ensayos clínicos la reacción adversa más frecuente es la elevación de la enzima CPK seguida de reacciones relacionadas con el sistema nervioso periférico como parestesias y neuropatía periférica9. Daptomicina fue bien tolerada durante todo el tratamiento sin presentarse reacciones adversas.
En resumen, este caso clínico describe la utilidad de daptomicina como una alternativa para el tratamiento de osteomielitis por SARM especialmente en pacientes con aislamientos con sensibilidad intermedia a vancomicina y tras fracaso terapéutico con linezolid.