La precipitación de fosfato cálcico es uno de los principales problemas de compatibilidad de la nutrición parenteral (NP). El uso de sales orgánicas ha disminuido mucho el riesgo de precipitación y ha permitido aportar todos los requerimientos de calcio y fosfato con la NP incluso en pacientes pediátricos1–3. Aunque el uso de calcio orgánico está muy extendido, no lo está tanto el de fosfato orgánico. En una encuesta que realizamos en 2001 sobre NP pediátrica4 de 38 hospitales sólo el 21% usaban fosfatos orgánicos y en una encuesta del 20035 de 41 hospitales, el 25% los utilizaban de forma exclusiva tanto en adultos como en pediatría y el 30% usaban ambos tipos de fosfatos dependiendo del riesgo de precipitación. Recientemente, en el año 2009, realizamos una encuesta a aproximadamente 100 hospitales españoles6, y encontramos que únicamente el 33% de los hospitales utilizaba fosfatos orgánicos de manera sistemática en las NP destinadas a pacientes adultos y que este porcentaje aumentaba hasta el 55% si se trataba de NP pediátricas. Parece que se ha producido un aumento importante en estos años en el uso de fosfatos orgánicos especialmente en las NP pediátricas. Sin embargo, todavía son muchos los hospitales que utilizan sales de fosfato inorgánicas. Esta reticencia a utilizarlos pudiera ser debida a que el único fosfato orgánico disponible en España es el glicerofosfato sódico, comercializado como fórmula magistral (todavía no está registrado en España, aunque sí en otros países europeos). Además, aunque está clara su mayor solubilidad cuando lo comparamos con los fosfatos inorgánicos, no existe mucha bibliografía sobre sus límites de compatibilidad1–3. En el Documento de Consenso SEFH/SENPE de preparación de mezclas nutrientes7 se intentó dar unas recomendaciones con el objetivo de evitar la precipitación de calcio con glicerofosfato sódico. La idea generalizada es que el glicerofosfato no se precipita fácilmente con el calcio. Sin embargo, aunque sus límites de precipitación son mucho más elevados que los de las sales inorgánicas, parece que ésta puede producirse cuando las concentraciones de aminoácidos son muy bajas, cosa poco habitual en la práctica clínica, pero posible en el inicio de la NP en neonatología.
Un sistema de seguridad añadido para evitar el paso de un posible precipitado al paciente es el uso de filtros en la administración de la NP. Éste evita el paso de precipitados, partículas y gotículas lipídicas mayores del tamaño de poro del filtro, lo que aumenta la seguridad de la NP. Como se puede ver en la tabla 1 el uso de filtros ha aumentado progresivamente, sobre todo en pacientes pediátricos, sin embargo todavía en el 2009 hay un alto porcentaje de hospitales que aún utilizando fosfatos inorgánicos no utilizan filtros en la administración (tabla 2). Este porcentaje es mayor en adultos ya que es posible alcanzar los requerimientos dentro de los límites de compatibilidad de los fosfatos inorgánicos y por lo tanto la probabilidad de precipitación es mucho menor. Sin embargo, en la población pediátrica, sobre todo en el grupo de prematuros de bajo peso y muy bajo peso, existe un alto riesgo por las elevadas concentraciones de calcio y fósforo que necesitan para cubrir sus requerimientos y la utilización de la vía epicraneal para su administración. Hay que recordar que la infusión de precipitados puede tener consecuencias muy graves e incluso producir la muerte del paciente8. El uso de filtros evitaría el paso de precipitados que se pudieran producir debido a posibles errores en la dosificación, preparación o almacenamiento de la NP, ya que altas temperaturas pueden contribuir también a la formación de precipitados. Otro dato que se debe tener en cuenta es el orden de adición de los distintos componentes de la NP. Si el calcio y el fósforo se añaden antes que los lípidos, con el objetivo de poder visualizar posibles precipitados, es muy importante que el volumen utilizado para el cálculo de las cantidades máximas de dichos iones sea el que existe en el momento de añadir el último de ellos, ya que si no se podrían producir precipitados, que no se volverían a disolver al aumentar el volumen.
Porcentaje de hospitales que usan filtros en la administración de la nutrición parenteral
Encuestas | Uso de filtros en pediatría | Uso de filtros en adultos |
2001 | 31,0 (38) | 21 (38) |
2004 | 41,5 (42) | 26 (42) |
2009 | 72,5 (80) | 39 (90) |
Nota: Entre paréntesis se indica el número de hospitales que contestaron.
Porcentaje de hospitales que no usan filtros en la administración de nutrición parenteral y que utilizan fosfato inorgánico en la encuesta del año 2009
Número de hospitales que respondieron a ambas preguntas | Uso de fosfatos inorgánicos (%) | No utilización de filtros en la administración y uso de fosfatos inorgánicos (%) | |
Adultos | 87 | 65,5 | 40,0 |
Pediatría | 79 | 44,3 | 11,4 |